viernes, 23 de octubre de 2015

El viaje VIII.- Últimos paseos en Tysfjord

Tysfjord va llegando a su fin amigos. Buenas tardes. Hoy daremos dos paseos. Mi estancía aquí finalizaba y quise pasar una tarde en el muelle del ferry dónde disfrutaba más de un día haciéndome un Safari (recordáis las galletas?) tuve suerte coincidí con la llegada del barquito, siempre en la distancia lo veía partir antes de terminar mi paseo pero esta tarde pude disfrutar de su atraque y su tamaño que lo vas viendo venir y se hace grande, más grande, mucho más grande, jooeeee dónde lo meto que no me cabe....
 
Os recuerdo que se trata de un paseo hasta Bognes, por el camino hoy me fijé en un arbolito que no quería caerse y se agarraba a tierra con las rices cómo si de garras se tratara, estaba en el borde de una ladera formada por el hundimiento del terreno en un hoyo grande, la altura podría rozar sus 15 metros y como podéis ver tiene un volumen lujoso, no lo tomé entre las manos pero estoy seguro que pesar, pesar, pesaría sus cientos de kilos muy largos. 
Ya una vez en el muelle y con el barco ofreciéndome su mejor cara, el culo, pude ver como se le iba abriendo poco a poco para verle hasta las tripas ¡¡tenía lombrices!! Aparecieron tres camiones de gran tonelaje, que dentro del barco parecían de juguete. Pasé el rato observando las maniobras de atraque y después cómo iba vaciando sus bodegas, haciendo hueco para volver a llenarse hasta los topes. Fue una delicia ver las reverberaciones que las hélices formaban en el agua, ese agua tan cristalina que me tenía enamorado, entre la espuma y el color verdoso se formaba un tono jade muy bonito.
 
 
Una vez que el ferry se marcho volvió todo a su estado natural y el agua pasó a ser cristalina, transparente, como un espejo, aquí os dejo una muestra más de ello. También descubrí, al estar baja la marea, los restos de aquellos que en su día sirvieron para gozo y disfrute de todos los que se le subían encima.
De este paseo quiero compartir con vosotros (perdón por la nitidez pero es que no sabia por dónde aparecerían) la imagen de una pareja de enamorados cisnes. Los cisnes me acompañarían por el resto de mi estancia en Noruega, cuando me hospedé en Sønstenby Gård/Svelvik pero bueno eso ya lo veremos más adelante, por otra parte pido perdón por mi ignorancia pero jamás los imaginé volando y graznando con su especial sonido. Tras esta pareja, disfrute de una cortina en caída libre sobre un espejo etéreo de la naturaleza pura (vamos que vi como llovía a lo lejos :P 
El segundo paseo, tuvo lugar en un fin de semana. Un día que me encontraba terminando uno de los trabajos de pintura que realicé para mi host, éste me invitó a acompañarle a un meeting que tenía lugar en la casa de una de las hijas de su hermana, ella se dedicaba a la medicina veterinaria con los animales de los alrededores (yo en el meeting me encontré con la mayoría de seres humanos y la minoría de otras especies, pero el extraño era yo...) Disfrute del encuentro y de la comida (bizcochos, galletas, etc.) pero lo más fantástico fue descubrir esta piedra de granito verde fluorescente, los que sois eruditos de las piedras, tal vez las conocéis ya pero me enamoró.

Bueno, ya está bien por hoy, os dejo las ultimas fotos de la piedrecita vista de cerca y me pongo a preparar la próxima entrada, que será aburrida, seguramente, pero debo ponerla, no sea que el personal se crea, se piense, que me fui de vacaciones y trabajar pues también trabajé, besitos para todos, Ángel.
 

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