lunes, 27 de septiembre de 2010

Sentimientos

Hola amigos, hace ya tiempo que no tenia el placer de comentaros cosas, acontecimientos, en fin soltar lastre.
El pasado jueves 23, seria que entraba el otoño, no sé; seria que era noche de Luna llena, pero no pude disfrutar de ella, por que ésta me tenia reservado otro placer mayor, quizá, lo cierto es que llego a la sauna una persona, por segunda vez; ya me había fijado la vez anterior en él, pero fue ese día cuando conectamos realmente. Tras tonteos, algunas palabras dieron lugar a algo mucho más bello. El caso es que se le hizo la hora de cerrar y comenzamos a hablar de pequeñas cosas importantes para ambos, nos fuimos desnudando del cuerpo para aflorar los sentimientos, estábamos a gusto. Paso el tiempo y hizo la hora de cerrar y más. En ese momento ya entro en juego el poder de la carne, de forma suave pero firme y saboreamos nuestro cuerpo, nuestro aroma y nos gusto, vaya que si. No queríamos que ese fuera el momento de disfrutar de algo que sin duda merecía mucho más y que de manera inequívoca resultaría glorioso, así que de manera amable Antonio, me llevo a casa. Lo mejor estaba por llegar. Y llego algo que hasta el día de hoy me tiene sin tenerme, no estoy simplemente soy; no consigo, ni quiero, quitármelo de la cabeza. Ahí, en su coche estuvimos cerca de hora y media, abriéndonos aun más el uno al otro en nuestros sentimientos. Es tan maravilloso lo que me hizo sentir, en ese momento sin mas que la compañía, que me gano, me hizo soñar, me hizo vivir aquello que hablaba, lo podía sentir; podía sentir sus brazos al dormir, sus caricias, su cariño. Me encontraba feliz en una nube, pero tenia que dejarle ir, él debía madrugar y no podía robarle mas tiempo de descanso, por mas feliz que le pudiera ver.
Ahora solo anhelo el próximo día que venga y pueda verlo, seguramente el corazón se dispare y espero ser lo suficientemente valiente para darle las gracias y poder transmitirle el sentimiento que me produjo y lo mejor de todo, espero tener fuerzas para poder pedirle pasar una noche con él. Gracias Antonio, por esa noche tan, pero tan especial, Saunero.